viernes, 24 de julio de 2009

Seize the day.

Cuando me enfrentara de nuevo a la caja de escritura del blog, pensé que iba a tener que ver con lo de ayer. Con todo el día. Con todo eso de estar en el cementerio, de la tarde, de vagar en la mañana, de lo que vino después.
Tenía algo escrito. Un fragmento que tipié en el notebook en la tarde tirado en una cama en casa de mi abuela. Era cierto, que, en ese entonces, ya todo había sido demasiado raro. Pero, creo, que ya no sirve. O sea, sí sirve. Pero ya no es tanto como si lo tipeara todo de nuevo. Las sorpresas nunca acaban, dicen. Ni después de eso, ni en la noche, ni hoy en la mañana.
No puedo decir que "no": ayer fueron sí, demasiadas sorpresas. Sobretodo eso de ir al cementerio. Estuve como una hora y media sentado en la tumba de mi abuela. Yo no soy de la gente que va a cementerios. Tampoco de esos que creen que para "hablar" con alguien muerto hay que ir al cementerio. Ayer lo hice porque se presentó, porque no habría otra oportunidad. Además, quería hacerlo. Hablé con mi abuela todo ese rato. Y fue buena onda, a pesar de que había mucho sol. Fue... no sé, sirvió.
Me gustó.

Eso de exorcizar los fantasmas, pasa. Pasa tiempo, pasa lo que tiene que pasar. Supongo, todo tiene un propósito. No sé... no estoy tan seguro que pasa dentro. Hay muchas cosas por ahora, pero no sé, no me agobian. Ya no tanto, supongo que ir ahí me dió un poco de tranquilidad. Or hope.
No sé, es sólo que siento que todas las cosas comienzan a hilarse, que es como ordenar una casa después de un carrete: el desorden, es burtal, pero se limpia y si se queda alguien que te ayude a trapear los vómitos y recoger las cosas rotas, la pieza o la casa parece nunca haberse dañado. Claro, puede que algo se haya trizado, pero un poco de pegamento, algo de orden, conversar un par de cosas y se parece. Las cosas nunca vuelven a ser las mismas, pero eso tampoco significa que sean peor. Creo.
Espero.

Hasta ahora, donde sé, hoy no será un gran día. Para nada, sólo normal. Pero podré caminar, por valpo, dando vueltas con música y eso yo cacho que ayuda, o sirve para suplir la nada tirado en la cama. Cuando se cae una carta de la house of cards, todo el resto de las cartas se vienen abajo. Hay dos soluciones: si lo que falló fue la carta, hay que reforzarla con otra para que pueda sostener el resto. Si lo que falló fue el peso, hay que liberar ciertas cosas para que todo se pueda sostener de nuevo. Algunas cartas, a veces, se doblan. Pero se pueden salvar, sólo que hay que dejarlas reposar un rato.

Por ahora... tan sólo darme una ducha de agua bien caliente y salir. Y vagar otro rato. Y escuchar música. Cuando uno cambia la frecuencia, comienza a vibrar de otra forma. Y todo el resto, también.

-Jack: He percieve the earth as a conductor of acoustical resonance.
-Meg: uhmm... What a beutiful idea.
-Coffee & Cigarettes. 2003.

Algo así.

Mejor me voy. Por ahora, seize the day (or die regretting the time you lost). Y que lo que tenga que venir mañana, que venga. I'll be here.


No hay comentarios: