sábado, 28 de febrero de 2009

Nada nuevo bajo el sol.

Los Bukers - Nada nuevo bajo el sol: []

Minutos antes de que den las tres

igual que ayer y antes de ayer
sigo mirando al techo una y otra vez
como si no tuviera nada más que hacer.

Yo nunca me sentí tan tonto
al menos nunca como tú
no quiero levantar sospechas sobre mí
espero que no tengas nada que decir.

Lo intento todo para ser
mejor de lo que fui, de lo que fui hasta ayer
no hay nada nuevo bajo el sol
y escombros de un amor
que pueda recoger
no tengo nada que esconder.

Algunos ya no saben que es amar
se portan bien cuando las tratan mal
se miran al espejo todo el tiempo para ver
las marcas que quedaron presas en su piel.

Lo intento todo para ser
mejor de lo que fui, de lo que fui hasta ayer

no hay nada nuevo bajo el sol
y escombros de un amor
que pueda recoger
no tengo nada que esconder
no tengo nada que esconder.

Si fuera más de frente
un poco más valiente
no bastaría con dejarlo todo así...

rebobinar las horas
no es lo que más me importa

yo sólo cuento con que estés...aquí...

Lo intento todo para ser
mejor de lo que fui, de lo que fui hasta ayer

no hay nada nuevo bajo el sol
y escombros de un amor
que pueda recoger
no tengo nada que esconder...

jueves, 26 de febrero de 2009

Lo intento. En serio, lo mejor que puedo. Al parecer sólo causo problemas.
Nadie dijo que esto sería fácil. Pero nadie dijo que sería todo en nuestra contra.

Don't push me away.
Hate me, if you want to, but don't.
Please.

martes, 24 de febrero de 2009

Butacas.


Lo siento. Sé que dije que me iría temprano a la cama. Lo intenté, lo juro, pero al final me la ganaron los dedos, la comezón en las yemas por teclear algo.

Hace poco caí en la cuenta de que la realidad es sólo un buen pedazo de ficción. ¿Recuerdas los miedos que te conté? Seguro son por lo mismo, seguro sólo son producto de ser un pésimo lector.
Si estoy leyendo, debería tragarme el cuento, no al revés.
Pero no, no estoy leyendo, igual. Estoy escribiendo, supongo. Soy un escritor, la mitad de escritor de una revista, un libro, o quizás una saga.
Es ahora cuando me dan ganas de hacer rodar el lápiz por las hojas que esperan llenarse para que sigas escribiendo tú. Para leer dos veces lo mismo, con otra letra, otro tono, otra voz.

Puedo imaginarte, escribiendo. Marcando cada letra. Puedo imaginarte con tus ocurrencias locas, que a veces superan las mías. Con tus miedos que dices que sabes, dándole forma a tu vida, a tu propio futuro, a tus ganas de olvidarte que todo puede ser un error o un obstáculo para hacer todo más difícil. Te veo aceptando tu "salida del closet" a sentirte bien. Mientras descansas profunda e inexplicablemente activa sobre una cama que no te pertenece. Con una cara de enorme paz. Soñando en las cosas que quisieras hacer mañana.
Soñando con las utopías de tu cabeza.

Puedo sentir, incluso, las vibras extrañas que surgen casi emuladas virtualmente a través de la pantalla. Tratando de asemejar a las mismas que son perceptibles cuando es sólo el aire lo que me separa en distancia. Se me escapó una risa. La atrapaste y no supiste más que devolverla.
Pareciera sacado de un cuento, de la tele o hasta de alguna de esas estupideces que salen en las revistas para minas. Lo digo, por lo distante que se vió, por lo imposible que resultaba pensarlo hecho en la vida cotidiana, y lo acabas de hacer.
Y mi respuesta lógica es sólo que se me escape otra más.
Te veo dejándote llevar por tus impulsos, probablemente bloqueada y sin siquiera pensar mucho la situación. "¡ups!" y te sonrojas. Está bien, estaba bien.
"Ok".
"Ok".
Te veo temerosa, hundida dentro de tus recuerdos más profundos. Te veo con unos ojos que no tienen del todo claro que deben ver y no cerrarse. Te veo y mi cabeza comienza a hilar palabras para decir y se pierden en el transcurso a la boca. O se amontonaron al salir, o se perdieron en el camino. Te veo así y me siento un estúpido, porque no sé la forma correcta de decir lo que quiero decir. Bueno, como tú dices -citándote-: "lo sabes".
Ok.
¿Lo sabes?
Trato de acercarme y hablar, pero olvidando que tengo voz, olvidando que es mi boca la que se usa para hablar.
Te toco y te pienso echada sobre las butacas de un cine completamente vacío. Con cada butaca esperándote y tú sentándote en el medio. Estirando las piernas por sobre la línea de al frente, acomodándote a ver la película más grandiosa para ti. ¿Cual de todas? La que quieras esta vez.

Espero y salgo a fumar por un momento. Y vuelvo y te encuentro con la pluma en tus manos y hojas arrancadas en los bordes. Arrugadas, con manchones de tinta esparcida entre las líneas de imprenta. Pero no estás frustrada. Sólo me miras y me sonríes y me dices "nerd".
Sí, sí lo soy.
Me siento, y uso el respaldo de la silla como soporte para mis brazos. Me quedo frente a ti, como un niño mirando la vitrina donde se encuentra la bicicleta que espera para navidad. Tratando de hacerme el interesante. El diferente, el aun más diferente que cualquier otro diferente. Tratando de ser distinto, único, una antítesis de lo tradicional. Algo menos cliché. Anormal. Yo...
Y no sé cuanto es lo que realmente soy...

El adjetivo de nerd me sienta bastante bien.
Sí, sí. Sé que entiendes, y en esta ocasión, más evidente no puedo ser. Un 90%, ¿ah?
Ok. Supongo que está bien.
¿Y que hace esta? ¿Suma? ¿Es ahora un 91%?
Te ríes.
Te ríes, y mientras tu risa se apaga dejándo sólo la sonrisa y tus dientes blancos a la vista, comienzas a hablar de la película que quieres ver.
Y de las que piensas esperar.
Mientras yo, no sé por qué, hago un resumen del guión que se está escribiendo a cada rato.
¿Y qué te parece?
¿Cuantas estrellas le das?

jueves, 19 de febrero de 2009

Juego en tus manos.

Siento los ojos, las risas, las narices olfateándolo todo. Siento sus pupilas clavadas en mis actos y mi forma de ser. Siento como observan lo que hago y me da igual. Con gente o sin ella sería lo mismo.
Aunque sin gente todo sería mejor.

Siento lo suave, siento la luz reflejada en mi cara. Siento como mi brazo tambalea pero se resiste a caer.
Huelo el café, a distancia, a tiempo de distancia. Siento el calor y los cuchicheos que parecieran lejanos, pegados en las paredes de un mall que se presenta omnipotente, pero es casi un chiste.

Siento que todo está bien, siento como puedo reírme de los zombies que forman una nación "porque también merecen vivir". Siento, que, a pesar de lo que el resto opine, de lo que digan de mis secretos, de lo que es "normal"; la anormalidad me sienta bien.

Siento el vaivén del aire sobre las páginas de los libros que nunca podré comprar, pero da igual. No es lo importante. Hay cosas más importante que la tinta, más importante que sus hojas roneo, esas hojas que antes eran blancas, pero que ahora fueron tostadas por el sol. Más importante que las historias que cuentan, es esta misma: mi historia. La que no es tan sólo mía. La que a veces se escribe de las formas más insólitas o inesperadas.
No estoy de fanfarrón, sólo opino que me gusta.

Sólo opino que está bien. Que a pesar de toda esta monotonía que se había arraigado a mí, la misma variable que hace un tiempo me dejó knock-out, sacándome de mi monotonía, aun está.
And it's fine.
Do you think it too?
I wish I knew.

Por ahora, sólo juego en tus manos.

Mírame solo, dejaré todo
Llévame de aquí.
Cuenta una historia de sueño y fobia
Yo seré quien pondrá el fin, por ti.

Juego en tus manos y en el sol vago
Siénteme morir

Pasan las horas, sígueme sola
Puede que no deba sonreir.
Podría ser que tu placer
Me lleve a desaparecer
O volveré a vivir

Juego en tus manos y en el sol vago
Siénteme morir...


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Prometí una entrada normal. Pero todavía no, estoy preparando una (creo). Depende del tiempo.
Cuando esté, estará po D:
Chaiwi.



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Now playing: Casino - En Tus Manos
via FoxyTunes

domingo, 15 de febrero de 2009

No estás en ningún lugar.

Tú sabes cómo es esto. No es la primera vez, lo conoces. Esta impaciencia, esta inquietud, esta leve desesperación que suena como cosquilleo.
Es una sensación compleja, es una respuesta corporal a los estímulos de tu cerebro. Son como nervios, como un pequeño miedo, quizás un susurro inerte de tus temores.
No sabes si sea una descripción correcta.

Lo cierto es que... está.
Recuerda que estás bien. Esto tampoco es tan ilógico o ajeno a cualquier cosa.
No es de la nada.

Tranquilo, mañana estarás bien.
Por hoy, no estás, en ningún lugar. Al menos, en ningún lugar tangible.
Hoy vives en recuerdos en otras cabezas, en imágenes suspendidas en las telarañas de neuronas ajenas.
Hoy, tu cuerpo, descansa pesado sobre una cama que no existe.
Hoy, sólo existes en su cabeza. O en la de quien te quiera recordar.

viernes, 13 de febrero de 2009

Departamento de recuerdos.


Estás. A medias, pero estás. Es el sueño, supones, o quizás el frío.
Pero estás. A medias, pero estás.

Tu cabeza está llena de pisos flotantes, cámaras de circuito cerrado y piscina de adultos separadas de la de los niños. Como las de los departamentos en La Dehesa, Antofagasta y Concepción. Estás mal. Chato, lleno de imágenes de casas que no son tuyas. Ni lo serán.
Pero bueno, vale la pena, piensas. Luego no sabrás nada de esto y lo que obtienes es otro momento que desearás congelar.
Planear y dejarse llevar. Nada que meditar.

La mañana está bañando tu cara, no tienes cigarros, no tienes donde ir. Tu destino, si se le pude llamar así, es estar aquí ahora. Despierto, extraviado dentro de las anomalías metales que tratas de procesar. Son impulsos, recuerdos, imágenes e ideas las que llenan cada espacio vacío entre tus neuronas. Palabras perdidas dentro de una borrachera o silencios que deseaste se prolongaran por mucho más. Tonteras, probablemente, que no vienen al caso, que no son necesarias de convocar ahora. Y te extravías, te dejas caer en una ruta totalmente externa, nada que ver con lo pensabas. En tu cabeza ahora sólo hay imágenes de las comisuras de sus labios. Y te parecen bien. Podrías quedar así un rato, ¿no? Después de todo, ya has repasado una y mil veces la escena más agradable del último tiempo.

En la mesa, un teléfono que no es tuyo, marca "última llamada - 00:48:12", juntos a unos CDs llenos de planos y proyectos que deben estar erigiéndose viga a viga en las calles del gran Santiago. Un vaso de jugo que tomas y tratas de obtener la última gota. Piensas que un café a esta hora no estaría mal. Y quizás vestirse y ver si puedes comprar algo para comer que no sea pan de ayer.
Cambias de frecuencia, cambias de posición: te cruzas a la cama, con la cabeza bajo la ventana, con los pies tocando el suelo, en una posición como tratando de abrazar el vacío. Sólo el ritmo incansable de tu propia respiración es lo que se oye en toda la habitación.
Tranquilo, Felipe, es sólo el cansancio. El día ha sido largo, sí. La semana también. Estás bien. Nada de que alarmarse. Déja de perseguirte.

Eso.


Te relajas. Dejas caer tus brazos sobre la cama y son tus mismos pensamientos los que te conducen a pensar sobre ti. Sobre tu propio control, el que piensas que cada día es menos. Y que así lo sientes mejor. Piensas en tus estímulos y tus deseos. Y sabes, te garantizas, que cuando llegue el momento lo harás. Que no dudarás, porque no hay nada que dudar. Lo que no sabes es que si será igual desde el otro lado. Es una sorpresa, te dijeron. Y estás tranquilo, las sorpresas te gustan.

Abres los ojos y te sientas en la cama. Por un momento, pensaste que podías oler su aroma. Pero no, fue una jugada de tus sentidos, nada más. Lávate la cara. Yo cacho que debes dormir. Te hace falta, en serio.

Porque... en todo caso, no tienes nada malo en que pensar. Más en que mañana debes seguir escribiendo direcciones y subir fotos de 2, 3 y 4 habitaciones, baño, logia y amplias salas de estar. Porque todo el resto en tu vida, por hoy -y esperas permanentemente- funciona mucho mejor de lo regular. Y eso, sabes, te hace feliz.
A ver, ¿sonríe frente al espejo?
¿Ves? No era tan tonto hacerlo.
O quizás sí. Pero da lo mismo, porque hoy quieres sonreír.
Y te da lo mismo que piensen lo demás.


...
Vamos, sonríe otra vez.

viernes, 6 de febrero de 2009

Montañas rusas.


Subes y bajas. Subes, alto y caes. Caes, y de la nada, vuelves a estar en un tope. Vaivén y sube-y-baja. La vida es así. Los días son así. Todo, al final, es así.
Comparas todo y piensas que todo tendrá un inicio, un tope y luego una caída vertiginosa de la que nadie se salvará. Muchas veces es así, pero, si la vida es una montaña rusa sin cinturón de seguridad, no siempre será igual.
Las montañas rusas tienen subidas, bajadas escalofriantes, giros, loops; pero también tienen lugares más lentos, de relajo. Partes planas que avanzan y corren bien, que nada cambia, y se mantiene y te sientes relajado dentro de la angustia y de tu estómago revuelto.
Hay otras que son más interesantes aun: son partes con subidas y bajas, pero en el fondo son planas, sólo están aliñadas para no hacerte creer que todo será aburrido. Y a la larga, puedes mantenerte ahí, o deseas mantenerte ahí, porque te sientes bien dentro de ese espacio, después de tanto viaje extremo.

Si la vida es como una montaña rusa, se podría decir que uno es como el tipo que está diseñando la montaña. O como un tipo común y corriente jugando a Los Sims, o Simcity, construyendo con el mouse toda un atracción. Se pueden elegir las piezas, las vueltas, los giros, todo.
Se puede controlar el paseo, de cierta forma.
A veces pensaba eso: que todo tenía que morir. Y lo hace. Es el ciclo natural de las cosas, pero, dentro de eso mismo, uno puede controlar como pasará, o si es posible controlarlo -dejándose llevar, disfrutando, abrazando lo que uno mismo desea dentro de las infinitas posibilidades- hasta que uno ya no esté en este mundo para verlo morir. Es todo cuestión de perseguir la felicidad.
Es más fácil que te dijera...: ¿que tal si no todo debe tener un fin aquí y ahora, ni mañana?
¿Que tal si hay cosas que puede que aparenten haber terminado y mañana vuelven a comenzar?
¿Que tal si tantos giros y loops y volteretas, finalizan en una misma zona menos turbulenta...?

Dicen que el que la sigue, la consigue. Mi vida rueda sobre eso. Siempre persigo algo, esperando ver si algún día mis pies lograrán ser lo suficientemente fuertes para alcanzar lo que busco. A veces lo logro. A veces me demoro más. Pero supongo que no puedo permitirme creer que no puedo lograrlo... Me gusta creer eso.

Me gustaría decir que hoy estoy en un descanso. Pero, en realidad, no es así. Uno siempre está corriendo, siempre está en una maratón, siempre está sentado en el vagón de la montaña, sin posibilidad de detener el ritmo. Quizás acelerarlo, o frenarlo un poco, pero jamás detenerlo del todo. Esto no es un descanso. Para nada. Tan sólo logré alcanzar algunas metas, algunas manos que te agarran y te hacen sentirte bien.
Supongo que el sentimiento mismo es el reflejo de que no estoy tan atrás como pensé, que estoy en consonancia con ciertos complementos para mi felicidad.
Ojalá, suena bonito.

Y lo es.

Christopher Gardner: Hey. Don't ever let somebody tell you... You can't do something. Not even me. All right?
Christopher: All right.
Christopher Gardner: You got a dream... You gotta protect it. People can't do somethin' themselves, they wanna tell you you can't do it. If you want somethin', go get it. Period.

En eso estoy. Yes, I'm.

¿Y tú?
Después de tanto correr, ¿encontraste la felicidad aquí?
Armemos esta montaña rusa como mejor sea posible.


Hay cosas en la vida que se planean, hay otras que se predestinan y hay cosas que sólo surgen y que sólo es necesario vivirlas. Personalmente, prefiero estas últimas.
-Anónimo.

Me too.