lunes, 28 de julio de 2008

Last chance to lose control!


Me lo esperé. O sea, sabía que iba a estar bacán. Pero nunca me imaginé cuanto.
Podría contar mil anécdotas. Y montones de cosas que pasaron antes del concierto y después.
Como las cosas que pasaron en la fila, la espera, el carrete, las veces que me perdí en Santiago. Los viajes en metro y las voladas locas más aún estar alucinando por lo del concierto. Pero aún así creo que me concentraré en el concierto mismo. En todo lo que pasó, en todo lo que se sentía.
Por la puta, ¡es que fue demasiado genial!

Está demás poner el set list. Está por todos lados ahora. Como en Wow.cl. Sólo sé que cuando Matt se sentó en el piano y abrió con New Born yo me fuí cortado tres veces.
Y siempre esperaba más. Sabía que habían demasiados temas buenos, de esos que pasé escuchando millones de veces, en los reproductores de mp3 que tuve, camino a casa en buses fríos en la noche.
Me empujaron, no me caí, pero por veces y casi besé el suelo. Pero si te empujan, o te quedas como roca o empujas al resto. Opté por la segunda, dejen de hueviarme y caete tú.
Me moví, adelanté y toqué reja. Justo cuando empezó a sonar Map of the Problematique, y en ese momento caché que ya no había vuelta atrás. Mi felici-o-metro marcaba su tope y estaba a punto de estallar. Amo ese tema.
Me lo canté entero fuerte. Aún mi garganta daba para más, esto estaba recién comenzando.
Nunca pensé que iban a tocar tan bien como en los discos. E incluso mejor, mucho mejor. Eso de estar ahí, en vivo, después de haber esperado por más de 6 años esto y estar ahí, frente a la guitarra-con-pantalla de Matt y sudado y saltando y gritando fuerte, sacando toda la energía posible en ese momento es algo que me había pasado en otros conciertos (sí, he ido a varios más, idiotas ¬¬), pero nunca en tal magnitud. Fue la cagá.

Dí bote por varios lados. Reja, atrás, al medio, derecha, reja, atrás de nuevo, volver a muy atrás, izquierda y justo mientras estaba en medio de Hysteria logré tocar reja de nuevo frente a Matt. Justo, casi destinado, cuando comienza a sonar Starlight. Y ahí, ahí me fuí a la chucha.
Cante como quien está a punto de morir. Mi garganta se fue a la mierda. Y más allá.
Mientras un tarado al lado chamullaba "estarlaigt", al igual que todas las canciones que pasé cerca suyo, yo me cantaba hasta morir todo el tema, sobretodo eso de:

I'll never let you go
If you promise not to fade away
Never fade away

Our hopes and expectations
Black holes and revelations
Our hopes and expectations
Black holes and revelations

Hold you in my arms
I just wanted to hold you in my arms

Y yo, sudado y como si me hubiera tomado un éxtasis, en estado de euforia total, con mis razones-para, esas cosas de uno que te motivan a algo sin mayor trascendencia del momento, que son cosas para marcar no más, para reforzar ideas y sentirte seguro de lo que sientes (algo que de seguro habría dedicado si hubiera podido de alguna forma); sólo cante hasta que mi garganta no dió para más.
Hasta que sentí que crujió.

Bacán.

A esa altura ya habían pasado unos 11 temas. Y yo creía que me mareaba de tanto cabecear los temas. Pasó una agua mineral por mis manos, la tomé y luego le tire sobre mi pelo y sobre la gente que estaba a mi lado.
Partió Time is Running Out, tema con el que conocí a la banda por allá por el 2002. O algo así. Y explotaron las bombas de humo que estaban frente al escenario. Humo, frío y poco asfixiante. Fue como un rocío en la cara de puras gotas congeladas. Pa' apalear el calor, y todo ese rato de estar como suricato respirando hacia arriba. La presión y el calor.

Luego de eso, partió Stockholm Syndrome, que, cuando termino, dió paso a una pequeña pausa. La que aproveché para encontrarme con la gente con la que hice migas en la fila. Ya que estuvimos los 4 juntos hasta que el tercer tema nos separó a todos y yo terminé solo dando bote pero tan ultra feliz que daba lo mismo.
Me encontré a la Bárbara y derrepente tocándome el hombro desde la masa de gente apareció Fernando, que hace rato que lo había perdido de vista.
Nos juntamos los tres y optamos por irnos atrás, justo cuando empezó Take a Bow. Coreamos Plug in Baby como todas unas grupies y cuando llegó Knights of Cydonia seguimos todo el juego que plantó Matt para hacernos correar el coro como nunca antes en nuestras vidas:

No-one's going to take me alive
The time has come to make things right
You and I must fight for our rights
You and I must fight to survive

To survive. Y lo hicimos, sobrevivimos.
Explosiones varias de humo. Cinco, seis, más. Humo en todo el escenario y parte de la cancha.
Y "adiós Chile, volveremos" que se quedaba en los oídos.

Salimos, y el aire frío de Santiago centro te hacía ver que el calor y el sudor que uno tenía no se podía obtener de otra forma esa noche. De ninguna. Gente, lágrimas. Abrazos y una foto que nos sacamos con nuestros amigos de la fila: Miguel, Jessica, Bárbara, Felipe, Ferna (que venía conmigo) y yo. Estos que capearon horas barzamente tomando chela en un local frente a la fila, frente al Caupolicán.
Esos que hablaron puras hueás haciendo hora desde las 11am para poder mandarse uno de lso conciertos de su vida.
Es que en serio, fué de lo mejor.

Ahora, ahora sólo quedan los recuerdos. La playlist que ahora tengo sonando en el Winamp del set list del concierto, el audio del recital que ahora estoy bajando, las fotos, los reviews que he leído. Las fotos que espero que la Bárbara mande. Las anécdotas y todo lo demás.

Cuando nos despedimos. Cuando partimos con el Ferna camino a ver si lograbamos dar donde debíamos llegar (sin BIP!, con un par de mapas de transantiago y con la esperanza de no ser asaltados), miré un rato hacia el cielo y asumí que éste paréntesis en mi vida, en todo lo que está pasando, en las cosas que deben ser y no, fué como la aspirina que me faltaba para el dolor de cabeza que ya tenía. Ése que hasta hace un par de días atrás casi me fulmina, pero, que no solo, logré ignorarlo.
Y hoy, hoy ya todo está algo más claro. Con más ritmo, con algo más de energía, o como se le pueda llamar.
Más pasable, mucho más.

No tengo de qué quejarme. Steps, la entrada anterior, nació a raíz de cosas que pasan que te sirven para anestesiar la vida. Si ahora, le sumo esto, puedo dejar en claro que hoy, estoy más anestesiado que nunca.
Ufff.

Quizás ahora lo único que puedo pensar, es esto:

Radiohead, espérame, porque ahí voy.


Cambio y fuera.


----------------
Now playing: Muse - Invincible
via FoxyTunes

viernes, 25 de julio de 2008

Steps.

Little things can make someone happy.
Anyway, the little things are the big details.
You don't know. Maybe you're not noticed 'bout that, but, almost everyday, you're giving me little things.

And I don't know why.
And I don't know if you want to do that.
And I don't know if I'm giving too.
And maybe I'll never get an explanation to all this.
But I feel it.
And I like it.
I wonder how about this to you.

I'm always wondering that.



----------------
Now playing: Avenged Sevenfold - Gunslinger
via FoxyTunes

martes, 22 de julio de 2008

What?

Cuando uno actúa, reacciona, dice sintiendo, puede ser más peligroso que cuando lo hace pensando en pura mierda.
Y yo no sé (aunque creo que ahora puedo empezar a levantarme y tratar de opacar todo esto que se ha acumulado) si ser tan sincero sirve.
Es lógico, no era el único tema en cuestión. Pero es parte de algunas cosas que deben salir.
Aún así no sé si ser tan sincero sirve...
Si no, corro el riesgo de terminar pareciendo un idiota.
O simplemente un loco.

Para expresarse, hay que saber como hacerlo.
Si no, uno termina como chaleco de mono.

Espero no haber hecho una cagá tremenda.
Por lo que más quiero, espero que no.



----------------
Now playing: Andrés Valdivia - Encontrar
via FoxyTunes

lunes, 21 de julio de 2008

Revés.

Hoy todo está patas para arriba.
O quizás, soy yo el que está de cabeza.

domingo, 20 de julio de 2008

Y sigues dando vueltas.

No es que no sepa como empezar, el problema era como resumirlo.
Ok, igual pensé su rato antes de partir. A ver si me podía ordenar.
Faltan pedazos, ahora están más rellenos, sé parte del cuento que me perdí.

Veamos:
Recuerdo la primera caída, sí. Recuerdo una segunda, también. Desde la tercera el escenario se hace borroso. Sólo rescato unos pequeños flashbacks, un par de "alumbramientos" y el resto se pierde y nadie lo puede contar.

Cuando desperté asumí todo. Bueno, recordé parte de. Pero recordé las parches que daban plancha. Personal, claro. Prácticamente todo era un bochorno, pero lo más duro de asumir era lo que uno se tenía guardado y que, producto de perder la conciencia, salió. Aunque probablemente no debía ser así.

Menos mal que algo de control pude tomar. Y no dejarme suelto, totalmente libre para errar más.
Lección aprendida, no quería cometer el mismo error de nuevo.
Bueno, no el mismo, pero similar.

Así es la cosa. No es cuestión de control, igual. Es cosa de dejarse llevar y morir.
En el momento da lo mismo, obvio. ¿Las consecuencias? Cada cual como las quiera tomar.
En este caso fueron importantes. Probablemente -y más que nada- por el hecho que me llevó a quedar así.
Era una cuestión interna, no una cosa frecuente.
Así mismo, las consecuencias fueron internas. Invisibles, pero igual algo fomes. Algo mejores, qué sé yo. Quizás es que hoy todo vuelve a pender, a quedar colgado y sumamente frágil.
Nunca lo creí.

Entre consecuencias y conclusiones no distinguí, cuando volvía acá (casa) en el metro.
La distorsión, la perdición era la misma. Bueno, más el dolor de cabeza, claro.
Lo único que hasta ahora sé es que de algo sirvió. Es como cuando a un globo le pones scotch y lo pinchas con una aguja. No revienta, pero si deja salir algo de la presión. Un poco.
Como que se desinfla, pero lento.
¿Cual es el atado entonces?
Que alguien parchó el agujero y dejó salir sólo un poco de la presión. El resto, sigue adentro y sólo saldrá cuando mi mente quede en blanco.
En blanco y nada más.



Dicen que la vida da vueltas.
¿Cómo es que no me he mareado aún?



----------------
Now playing: Nine Inch Nails - Head Down
via FoxyTunes

miércoles, 16 de julio de 2008

Sobreactuado.

Nada puede estar peor. Aún así nada puede mejorar, tampoco.
Es una caída libre. Sin paracaídas.
Y es que la sensación prevalece.
Es notoria, aún late.

Al abrir los ojos sólo puedo notar como las cosas se alejan.
¿Por qué esto tenía que repetirse?

Quizás es sobreactuar.
Puede ser, demás. Quizás es mi poca costumbre a vivir algo que no es mío lo que me deja así.
Quizás debería analizar menos. Pero no sé como continuar.
Es un bloqueo, una muralla.
Una propia barrera.
O quizás, son los deseos que tengo y que no puedo pronunciar.
Nada es correcto.

Después de cuentas, al fin y al cabo, lo único que siempre me resta es la misma vida que intenté cambiar.
De la que intenté zafarme.
Pero todo esto es un chiste.
Nunca nada mejora.

domingo, 13 de julio de 2008

Olor a mojado.

Do you believe in destiny?

El aire está frío. Pero soportable.
El paso del día ha dejado sólo huellas de humo de los Lucky Strike, que compré, en mis pulmones.
Ver esta ciudad vacía es un recuerdo que me parecía lejano.

Caminar con complicidad sobre el asfalto frío y algo mojado por un leve chispeo. El vapor se escapa de las calles y asciende borrando lo que viene más adelante.
Ando con algo de mareo en el cuerpo. No estoy solo, como siempre.
Pero igual me puedo aislar y armar un paréntesis que se marca fuera de mí como un silencio.

Ya pasó todo. Ahora está todo más tranquilo. Y debería estar en la cama.
Salir a caminar un rato fue una cuestión sin pensar. Las 6 de la mañana me abrigan (irónicamente) con su vacío.
El sol aún está tímido, y yo tengo mi cuerpo vagando por Quillota, mientras mi mente probablemente está más cerca de mi casa. Pensando, fumando.

Me encanta ver a la gente dormir. Parecen niños. Se ven más indefensos de lo que pueden llegar a ser despiertos. Corrijo: me encanta ver a la gente que quiero dormir.
Ver, sin molestar, que quede como una anécdota para mí. Creo que sólo alguna vez se lo conté a alguien después de haber visto su sueño.
Ahora es público, supongo. Da igual.

-Despierta, me voy.
-¿Pasó el mareo?
-Sí, ¿y el de vo?
-Algo.

Tengo la boca seca. Y estoy agotado.
Igual prefiero este agotamiento que el de ayer. Me siento más liviano, supongo.
Aunque ahora sé muy bien que debo retomar todo lo que aparté por un rato.

-Una coca, porfa.
-Me queda una helada no más.
-Me salvé.

El tipo de la micro me cobra $600. Y la micro está vacía, salvo por una tipa que trata disimuladamente de sacarse un moco.
Me siento como en la sexta fila y prendo el iPod.
Tomo de la coca y siento como mi garganta se congela y se deshace un nudo que tenía desde hace unas horas.

¿Que más habrá pasado esta noche?

Miro por la ventana y veo como la carretera se comienza a abrir.
Vuelvo a casa.
Y toda la rutina aflora en conjunto con la realidad.

¿Punto final?
Digamos que suspensivo, mejor.

jueves, 10 de julio de 2008

Screenshots.


Si yo fuera popular, pokemón, chico nice o adicto sin remedio a Facebook, probablemente esto me daría pena y entraría en una depresión total.
Cosas existenciales.
¿Donde estamos? ¿A donde vamos?
¿Por qué nadie me quiere?

Ojalá nadie haya pasado por este dolor que siento ahora después de ver esto.

lunes, 7 de julio de 2008

Madrugada, frío, repaso.

Creo que hoy es de esos días en que me da vergüenza escribir.
Es como que me diera lo mismo lo que puede estar a punto de salir, pero que en el fondo sé que tengo que controlarme, o puedo sacar tantas cubiertas que todo se distorsionaría.
Es sólo un domingo más.
Bueno, madrugada de lunes. Ya da igual.

Análisis.
Rebobinemos:
Es increíble como cambia todo.
No es la novedad, es sólo lo drástico. La rapidez.
Hoy más que nada fue un día interno, un día lento y que avanzaba sobre un terreno difícil de explorar. De sacar cuentas, o de ver como va la agenda hasta hoy.
Una suerte de stop.
No he cambiado en lo absoluto. En nada. El pelo más largo, no más. Y un punto negro que ya no tengo. A pesar de todo sigo siendo el mismo niño iluso.
Creo que volver a ver el Efecto Mariposa me afectó.
A veces en lo único que pienso es en tener esa posibilidad. Esa facultad, y esa convicción.

Estas dos últimas semanas han sido como baldes de agua fría después de salir de una ducha caliente. Como salir del hospital para ser atropellado.
Torpes, lentas, con altos, bajos, medios y bajo-tierras.
Recuerdo que el jueves de la semana ante pasada por la noche llegué de Viña. Entré al baño y vi mi cara. Y tenía una sonrisa dibujada.
Una de esas que no sabes como explicar. Una de esas que aparecen y que sólo se borran si tocas el fondo.
Comparo: llegué el miércoles pasado de Viña, entré al baño y vi mi cara. Tenía la cara hecha un asco. Las ojeras eran negruzcas, las cejas caídas y apretadas. Una expresión de rabia que no recordaba en mí. El lavamanos se teñía de rojo, mi mano derecha aún estaba sangrando.
Si por mí fuera, borraría estas últimas semanas. Borraría mi vida fuera de esta celda que llamo pieza. Borraría las caras y los estúpidos con los que tuve que convivir. Borraría todo menos ése jueves en que sonreí.
Hoy me doy cuenta de una frase que me pasan repitiendo: "Todo pasa por algo". Todo pasa por algo. Lo comprendo, son a veces los motivos para que pasen los que no entiendo.

Anoche a esta misma hora estaba copeteado. Pero solo. Elementalmente solo. Fome. Penoso.
Lo peor. Recuerdo que comenzó a llover y que estuve mirando por la ventana hasta que el sol que despertaba, borraba la noche lluviosa.
Unas 3 horas, quizás.
Hacía frío, y me daban ganas de estar en la calle. Caminando, perdido. Como hace años cuando lo podía hacer, y las calles de Villa Alemana vacías en las horas de la madrugada sólo se llenaban de ruido cuando respiraba agitado para tratar de mantener el calor.
Hace dos años atrás estaría igual.
Hace un año atrás... creo que no importaría.

La conclusión es siempre la misma. Basta con leerme, basta con escuchar alguna tontera que se me pueda escapar. Basta con preguntarle a quien me conozca: soy raro. Freak. Un bicho raro.
El problema es que aún no sé si está bien o mal.
Mis reacciones, mi forma de pensar, mi forma de razonar, o incluso de sentir no son normales. No son tan obvias. Quizás a veces actúo a la inversa de lo ideal. Quizás no.

-[...]A cualquiera. Bueno, no a cualquiera, a ti no.
-Brp, ¿y porqué a mi no?
-Por que digamos que eres diferente. Eres diferente.

No es la primera vez que me lo dicen. Tampoco creo que sea la última. Alguien que lea esto puede pensar que me enorgullece, que me gusta que me lo digan, qué sé yo. No lo tengo del todo claro. Sólo me produce rareza. No lo entiendo. No me calza.
No le veo lo bueno, o porque sea casi común que alguien alguna vez me lo recalque.
No puedo ser tan cínico: a veces es bonito. A veces hasta me hace creer que soy "especial". De forma positiva, claro. No de la forma a la que estoy acostumbrado a verlo.

Momento, prendo un cigarro.
Listo.

Eso me lo dijeron hoy, y por alguna extraña razón me dio pena. Harta.
Luego creo que me perdí y tardé unos minutos en volver. Para cuando había vuelto, ya las cosas se tornaban normal fuera de ese paréntesis.
Me puse a revisar tantas cosas que he escrito. Cartas, mails, entradas, esos archivos .txt donde tengo tantos descargos y hasta mamonadas. Esos cuentos que me avergüenzan. Esas cartas que mandé alguna vez porque lo sentí y ahora andan repartidas por ahí. Igual no son tantas. Igual son en su mayoria avergonzantes. Digo mucho. Suelto demasiado a veces.

Me he dado cuenta que a la larga, esa cuestión que va conmigo y que consta en aburrir y alejar a todos pasa por eso mismo: por decir mucho, por no guardar cosas cuando creo que alguien vale la pena. Puedo estar equivocado, demás. Puede que no.
Aún me asombra como hay gente que me soporta. Aunque cada día son menos, mucho menos de las que creí antes.
Increíble la paciencia.

Me cuesta tanto creer cuando algo bueno pasa. O está pasando.
A veces es tan irreal que sea posible. Por mínimo que sea. Da lo mismo el caracter, si es bueno siempre creo que estoy soñando.
Ejemplo tonto: el año pasado me gané un iPod. Siempre quise uno. Me lo gané con mi trabajo, ni siquiera fué por suerte. Fué porque algo que yo mismo hice gustó y sirvió.
Cuando lo tenía en mis manos pensé que me iba a desmayar. Que iba a despertar, en realidad.
Que cuando despertara iba a estar como siempre: queriendo volver al sueño.
Pero no, estaba. Y me costó asumir que así era.
Puede que sea la costumbre, lo acostumbrado que estoy a que la Ley de Murphy sea como la ley de mi vida. A que sea como la normativa para vivir.

Espero estar equivocado. Espero que los presentimientos que he tenido estén errados. Espero que nada se eche a perder.

Es raro, pero me pasa: soy una persona que cambia tan poco, a paso lenteja, tan así que le es difícil asumir tantos cambios a la vez.
O sea... obvio, han habido cambios buenos, bacanes, de los que nunca pensé posibilidad alguna, de los que no me puedo quejar en absoluto.
A su vez, han habido otros tantos que me han dejado out. A veces son tan cargados que se derraman sobre los cambios salvables y los manchan un poco. Distorcionan, opacan. Cambios para mal. Normal, claro, en mi vida, pero la mayoría los he provocado yo mismo. Y eso no es tan normal.
¿O sí?
"Uno hace los cambios, uno hace las cosas para que cambie".

Estoy pensando mucho las cosas. Estoy sobrecargándome con todo. Me encanta cuando anulo la mente y sólo siento. Cuando alguien logra que yo actúe por sentir y no pensar. Me ha pasado con tan pocas personas que puedo recordar sus nombres, sus caras, como los conocí, de que lo fué lo primero que hablamos, donde los ví por última vez.
Puedo recordar sus ojos. Y lo que decían.
No siempre logro saber que decían, pero puedo recordar como se veían.
Recuerdo el momento, el espacio, algunas palabras. Las vistas, su cara, cuerpo, risa. Puedo recordar esas cosas cuando me pasa algo así.
Es fácil.
Quiero que pase de nuevo. Sentir y no pensar.
Quiero un escape de esta monotonía, de estos días que se van y se acaban cuando recién estoy despertando.

Repaso todo y sólo son apuntes sueltos. Cosas que tienen relaciones tan pequeñas entre sí que quizás sólo las note yo. O sí, se notan, no sé.
Hoy cruzaron muchas cosas por mi mente. Hoy estas cuatro paredes y este techo que se inclina me vieron tirado sobre una cama, en medio de la oscuridad que era trizada por la luz de la pantalla del computador.
Hoy pensé en los que están en mi vida. Hoy pensé en quien soy.

Hoy fue un día de recuento, no de conclusiones.
Como cuando una serie va a mitad de temporada y es el capítulo que se dedica a recordarte que ha pasado para seguir con la trama.

¿Qué seguirá en la trama?
Supongo que tendré que mantenerme en sintonía.
Mala suerte, este programa no es siempre mi programa favorito.

----------------
Now playing: Radiohead - All I Need
via FoxyTunes

sábado, 5 de julio de 2008

Puerto Madero.

No importa el momento. Creo que tampoco el lugar.
La brisa de la tarde puede ser placentera, si es que uno se siente bien.
Dicen que el alcohol es anestésico. Que inhibe, cosa cierta.
Si la vida fuera una anestesia constante yo no tendría porque ser así.
¿Y si no lo fueras?

Vamos, todo siempre es tan fácil, tan sencillo, que son los prejuicios y los miedos de uno lo que opacan lo que uno debe hacer. Lo que transforma todo en un acto peligroso. Difícil.
El miedo es tan tonto cuando lo piensas así de borracho.
¿Por qué no mejor actuar, dejar fluir los sentidos y dejar de andar lamentándose como una bestia?
¿Cuando dejarás de ser tan tonto?

Mi vaso con Ron se vació.
El Ivo me trajo uno lleno. Una mina me ofrece bailar. Bailo.
Pero no estoy ahí.
Olvida, tonto.

La Mane me mira. Me dice que estaba chata de todo, que necesitaba esto.
Yo le respondo que quizás yo también. Pero faltan las estrellas, falta la noche. Falta el olor distinto, las carreteras con autos y neones.
Me dice que estoy loco. Siempre lo he estado, le respondo.
Sus ojos me dicen que está ebria, que quiere algo más.
Se acerca.

-Mane, no.
-A veces eres tan hueón. Otro se habría tirado al agua al tiro.
-Hoy no. Hoy no vale la pena.
-Como quieras.
-¿Te enojaste?
-No, sólo me quedé con ganas.
-Yo también...
-¿Entonces?
-No, no me malinterpretes. Hace rato que tengo ganas y aún no puedo.
-¿Conmigo?
-Estoy hablando de otra cosa.
-Mejor cambiemos el tema, no caguí la onda.
-Tení razón, estaba hueando no más.
-Tarado.

El sol quiere meterse, pero aún no se decide.
Y yo, quiero meterme, pero aún tengo miedo de hacerlo.

miércoles, 2 de julio de 2008

Vómitos.

Volvió. Siempre vuelve, siempre sobresale. Es la traición.
Es pensar eso que a nadie le importa nada, que todo es un chiste, que nada es real. Nada.
Es putrefacto, eso de que la mierda siempre sale a flote desde el fondo del estanque. Que se muestra y huele, apesta, mal, asqueroso.

Tengo ganas de vomitar, de golpear a alguien hasta dejarlo sangrar. De emborracharme y dejar la cagá y luego vomitarlo todo y desaparecer.
De acriminarme. Matar, matar esto.
Cortarlo todo de raíz.

Tengo los nudillos rojos y duelen. He golpeado cada pared que he visto. Duelen, pero no tanto como adentro.
Estoy inquieto, nervioso, a punto de hacer algo loco o exagerado. Algo criminal, delincuente.
Daría lo mismo, exactamente lo mismo. Total, a quién le importa.
A nadie.

Tengo ganas de hacerme cagar, hacerme mierda. Cigarros, alcohol, hasta drogas.
Yo no debí nacer, concluyo. No debí ser distinto.
Debería ser peor, mucho peor.
¿Se puede?

Es como si todo fuera un chiste, a nadie le importan las cosas de verdad. A nadie le importa la verdad. Sólo importa pasarlo bien, ser inconsecuente, las mentiras que hacen bien.
"Corazón que no ve, corazón que no siente", dicen. "Corazón que ve, corazón que muere", debería ser.

Que asco. Que rabia.
Tengo que matarlo todo.
O matarme yo. No suicidio -tonto-, matar quien soy. Lentamente, un calvario. Idealmente mierda.
Sangrar, sufrir, golpear. Escupir.
Hundirme.
Morir.

No volver a confiar es la moraleja. No ser tan inocente es la lección.

Imbécil. Crédulo. Anormal.
Hay que ser mierda en el mundo para sobrevivir. Hay que ser desechable, un asco, una mierda de persona como el resto. Una lacra.
Ser consecuente, honesto, real... patrañas. Se presta para ser pasajero, útil por un tiempo, un hobby. Un muñeco para jugar a ser mayor.

Esto debe morir.
Y nunca más nacer.

Error, yo no debí nacer.