lunes, 23 de noviembre de 2009

Estigmas.

Ayer todo era distinto. Las cosas tenían otro orden, quizás. Ahora todo está como las pelotas. Este es uno de esos días en que lo más simple sería dormir y pasar de largo.
Resulta que nadie entiende nada. Nada. Y complican todo, hasta lo más mínimo. Es la manía de todo el mundo de hacer las cosas mucho más difíciles de lo que podrían ser. Y me apesta. Es una cuestión tras otra. Y para colmo, el iPod se queda sin batería. Un estado, un humor, totalmente apestoso y para colmo hay guaguas en el metro. Y lloran y hace calor y detesto estar encerrado como anchoas con toda esta gente. Es como un infierno, un horno lleno de huevones. Y me cuento con ellos. Es como un mundo enfermo y triste. A lo más Daria. Apestoso. Imbéciles que populan y que no cachan nada.
Quizás es todo al revés, pero sería demasiado rebuscado. A lo mejor soy yo quien se está cayendo y pienso que el resto está corriendo como idiotas pegándose en las cabezas. Insisto: sería demasiado rebuscado.
Son todos.
Idiota mundo preocupado de huevás, sin darse cuenta de las cosas que tienen al lado: muriendo, marchitándose por no tener un mínimo de atención.

Yo tengo demasiada paciencia, pero cuando llego al extremo, todo el mundo tiene un color podrido. Todo huele a pañales usados. ¡Me apesta esta hueá! dsajfhliwhaelksjlfhaslñkdñsaljdflñsfjñadlsajfñwkdñsla!

Lata, lata, lata. LATA!
Días como hoy, son los días en que no soporto vivir aquí.
Días como hoy, son cuando no soporto a nada que respire.

Fuck yourselves!

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