domingo, 13 de marzo de 2011

Jaque.

La brisa no me calma. Roza mi piel mientras el auto avanza sin que nada lo detenga.
El sol está fuerte y siento como taladra mis ojos a través del parabrisas y de los lentes del sol.
El campo es el campo. Nada de analogías ni metáforas. Por ahora, por hoy, no siento que me relajo ni nada. Ni los árboles meciéndose ni las praderas, ni los pájaros volando. Por alguna razón lo que sería sinónimo de anti-stress me parece nada. Un campo abierto y vacío, intocable e intachable que no parece perfecto. Y tampoco lo es.

La rutina volvió, dicen. Y me siento como tal. Rutinario y persona-de-sistema. Un número reemplazable dentro de la sociedad. "Bonito", sure.
Al frente de mí, un tipo arrea unas vacas. Un hombre y su hija están sentados en una especie de paradero de madera. El tipo no parece tener más de 38 años y la niña -no mayor de 7- le dice al papá colores, diciéndole que le adivine "quién es". El tipo no la pesca mucho: mira para los lados, no la infla; busca los potos de las minas que pasan. En el fondo, se nota que el tipo no quería ser papá. Menos que esta era la vida que quería. Seguramente a sus 38 hipotéticos años, está pensando en donde debería estar. O qué es lo que debería haber alcanzado para ese momento. Quizás lamentándose por no tener plata y estar carreteando como rockstar y tonteras así. Lata que la vida no es nunca la que quieres. Y ahí hay un asunto.
Un serio asunto.
Uno quiere y no quiere cosas en su mundo. Uno espera tener lo mejor para este mínimo -a veces largo, latero, extenso, retardado, en slow motion, pero siempre igual corto- tiempo de vida: la mina perfecta, la plata, la casa, el auto, los "amigos" -comillas-, las experiencias, los conocimientos y tantas otras estupideces que puedes sacar de cualquier encuesta. ¿Pero qué pasa si ni siquiera sabes donde va tu micro? ¿Si no sabes qué es lo quieres, lo que te mueve, lo que te llena? ¿Qué pasa si quedas varado en el campo más aburrido de tu existencia?
Hay gente que dice que lo peor que te puede pasar en la vida es no saber lo que quieres. No tener ni motivación ni pista siquiera de donde vas a terminar mañana.
Nada que ver.
Lo peor que te puede pasar en la vida es saber exactamente qué es lo que quieres. Ese es el peor caso, la peor situación posible. Porque en ese caso, si fallas -si te mandas un condoro y te cagas tu futuro o whatever; si nada pasó como debía pasar o todo estaba pasando y de un momento a otro acabó-, si no lo consigues: cagaste. Fuiste, finito, capút. Nada más que hacer, compadre. Hasta aquí llegamos.
En cambio, si no sabes donde vas, lo que quieres en tu vida, te mantienes vivo, sobrevives. No sabes que lo que buscas, así que lo que llega lo tomas o lo descartas. Mutas, cambias, te adaptas a lo que pase y te sostienes del momento y de lo pasajero.
Pero me carga esa gente, ese tipo de gente. Al final, sobrevives, pero todo termina siendo insignificante y desechable: la gente, las casas, los lugares, las vacaciones, tu familia, tu propio cuerpo, tu dignidad, tu felicidad -la palabra fe ni cabe-. El problema es ese: no sé bien lo que quiero, pero sé que no quiero ser como ellos. Es una paradoja, quizás, y también un problema sin solución aparente. Un Jaque, pero no Mate. Es un problema que me había planteado, pero nunca con tanta frecuencia, ni con tanta potencia.
Es esto: este vaivén, este sentirte a la deriva y sin nada de donde agarrarse lo que provoca cuestionarme si voy donde debería ir. Siento que estoy en el medio del mar y no sé si tratar de nadar a tierra y rendirme de una y dejar de flotar. Esa era la palabra: flotar. Ahí está: no tengo los mismos cables a tierra que tuve alguna vez.

Extraño tanto y la vez tan poco. Estoy confundido de no poder expresar mis propias confusiones y estoy expectante al tratar de dilucidar si lo que sucede es o no verídico. Si es que algo es real. Porque siempre que tengo algo que parece seguro, al final pasa que no y son los propios hechos los que hablan. Ni siquiera son las dudas: son los cambios, los status, las sorpresas que te encuentras después de despertar las que te susurran en la oreja que te aferres con cadenas o te llevará la corriente.

Antes pensaba que "que colgara una nube sobre mí" era lo peor.
Ahora pienso que ni siquiera yo esté colgando de algo es lo peor.
No cuelgo: estoy a la deriva.
Not a good day for an epiphany.

It barks at no one else but me
Like it's seen a ghost
I guess it seen the sparks a-flowing
No one else would know

Hey man slow down, slow down
Idiot, slow down, slow down

Sometimes I get overcharged
That's when you see sparks
You ask me where the hell I'm going
At a thousand feet per second

Hey man slow down, slow down
Idiot slow down, slow down

Hey man slow down, slow down
Idiot slow down, slow down
Radiohead - The Tourist

1 comentario:

Snipe dijo...

Pienso que la gente es infeliz no por lo que no llega a tener, sino por lo que no hizo.

Si se hace lo que hay que hacer cuando llega el momento, se tiene satisfacción de cualquier manera.