domingo, 11 de julio de 2010

Lento y caída.


Siento que me moví lento. Siento que el tiempo avanza y me agoto con él. Pensé, durante un rato, con las luces apagadas y sólo reconociendo mi forma por la tenue luz de la pantalla del computador, que todo ha sido una mutación rara. Que el tiempo, el reloj, los lapsos, han avanzado y, si no me he quedado atrás, me he arrastrado. Algo a la fuerza, algo torpe. Cada día más lejos. Y yo echando de menos las siluetas que quedaron después de los adioses. Falta tanto...
Falta y se pierden cosas. Épocas enteras y yo estaba sentado. Creo que abrí mis brazos para abrazar y estaba todo tan vacío. Tan neutro, si nada. El aire entre mis brazos no era suficientemente sólido para sentir que no estaba tan solo.
Pero así estaba, en un espacio lleno de aire y nada y segundos tirados en el suelo.
Con brazos vacíos, la boca seca y mi cerebro llorando despacio.
Ya no tengo ojos, creo. Ya no tengo mucho futuro, tampoco. Sólo silencio.
El mañana se desmorona aunque piense salvarlo y ya nada me queda tan claro.
Creo que no me encuentro. Me perdí alguna vez, me solté para encontrarme, pero eso no ha sucedido. Encontré importancias en el medio, pero se fueron. Y sus espaldas a los lejos me recuerda la última vez que te vi caminar, con polerón blanco.
Creo que no sé mucho ahora. Creo que toda la envidia y el dolor y la pena y las rabia contenida, el preguntarme qué quiero ahora, el tener estas imágenes en mi mente, el pensar en el color del vino y todas esas cosas... creo que todo se desvanece. Creo que todo se contiene y solidifica, como sangre que después de brotar tanto ahora coagula, pero la herida no cierra. El sentimiento -la pérdida, la perdición, el extravío y la incertidumbre- no cesa, sólo muta. Se transforma.
Queda.

Queda y es lo único sólido que puedo abrazar, porque los cuerpos están lejanos. Cualquiera de ellos. Están todos lejos y el calor de otra alma no alcanza a llegar. Creo recordarlo, tocar una mejilla y quizás un cabello, unos brazos. Ojalá pudiera existir de nuevo.
Ojalá no me seque por dentro ahora que está todo a punto de cambiar.
Ojalá que mañana pueda volver a escribir aquí.
Ojalá que ahora que sólo deseo dormir las horas me tengan piedad y alarguen su compás.

1 comentario:

pupitis dijo...

buenas tardes. ¿cuando por estos lados?