martes, 20 de enero de 2009

Estelas de desechos.


¿Qué pasa cuando todo lo que sabías por conocido cobra vida?
¿Qué pasa cuando todo lo que tenías por propio se vuelve en tu contra?
¿Qué pasa cuando tu propio nido se estrella sobre tu cara?
¿Qué pasa cuando inconscientemente expresas uno de los mayores deseos de tu vida?
¿Qué pasa cuando todos tus sueños se despedazan frente a ti?


¿Qué pasa cuando todo lo que sabías, se ha hecho realidad?

Sólo gritos. Rezar por un poco de silencio. Quizás soledad. Paz, puede ser.
Una a una las ideas se van y desaparecen. Las ganas de hacer algo y no saber cómo rellenar la tarde.
Una habitación vacía, cubierta por una capa de polvo y cenizas de cigarro, inundada por el sonido del televisor. MUTE, es mejor así. Creo.

Fotos vacías en la pantalla. Reflejos de la nada misma dentro de una cotidianidad. Eventos cíclicos, caras que van y vienen y que no cambian de mirar. Se puede sentir como los ojos se quiebran y cristalizan frente a las palabras que dan paso a una grieta más dentro de todo esto.
Sólo otra grieta más. Ya nada tiene la consistencia de antes. La fragilidad se asoma como la mayor posibilidad.

Odio, celos, rabia, impotencia, destrozos, compasión, pudor, vergüenza, cariño, vacío.

Esto es lo peor. Sentir que tienes dentro dos caras peleando una frente a otra, escupiéndose por saber quien tiene razón y que no. Tener sentimientos totalmente opuestos, vanagloriándose de ser los reales, mientras tu cabeza sólo manda a romper en lágrimas como reacción. Quizás.
-Siempre lo sabías, nada cambia, esto es algo que ya habías asumido. Nada te pertenece para ponerte así...
-¡Lo sabes! Tienes tu derecho, es como te sientes, es natural, no puedes controlar esto...
-Todo estaba tan claro, tú quisiste arriesgarte...
-Nunca te diste cuenta de los como ni los cuando. Al momento de descubrir que ya había pasado, ya no había posible escapatoria...

¡CÁLLENSE!

Lo que menos quiero ahora es seguir escuchando. No quiero escuchar nada, ni a nadie.
Sólo dejarme llevar y sentirme un bulto sobre mis sábanas. Sudoroso y con olor a piel quemada.
Esperando a nada. Tratando de olvidar todo. Todo lo que me trajo a este momento.
Pero... sé que en el fondo, ni en mis sueños me podré refugiar. Soñaré con lo peor.
Es curioso que ni en lo más recóndito y oscuro y profundo de mí, no pueda estar solo.
A pesar, de que es como menos quiero estar.


La melancolía es la felicidad de estar triste.
Victor Hugo.



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Now playing: Placebo - Pierrot The Clown
via FoxyTunes

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