sábado, 31 de mayo de 2008

Diálogo.

-Ya no sé que pasa.
-Yo tampoco lo sé.
-A veces ya no sé que puedo sentir. A veces siento que estoy fallando demasiado. A veces ya no so lo soporto más.
-A veces buscas en que apoyarte y no lo encuentras. Y si está, te has cegado tanto que no lo ves.
-A veces creo que no debería estar aquí. Esto no es para mí, todo esto es una mentira que alguien me impuso como vida.
-Por más que quisiera pensar que estás exagerando todo esto, no puedo más que creerte. Te he visto peor, pero hoy estás fatal.
-Yo creo que debería virarme. Separarme de todo. De todos. Estoy gastando espacio, plata y afecto que no me pertenece.
-Estás dañando al resto.
-Estoy dañando lo que quiero. Otra vez. Debería poder alejarlos, por su bien. Debería poder mantenerme aislado, sería mejor para todos. Así no daño a nadie más. Así no hago amigos, así no tengo conocidos, así no me enamoro.
-Estás perdido.
-Ese es el punto: Estoy perdido y ya esta volviéndose cotidiano. Esto de no saber nada, de perderme dentro de lo conocido, de que todo lo que quiero se desvanece y se daña.
-Culpa tuya.
-Sí, culpa mía.
Quiero que me olviden, que sepan que no existí. Al final, siempre que creo lazos se terminan rompiendo conmigo. Yo no sirvo para esto, ¿sabes? Yo no sirvo para vivir aquí.
-No sabes vivir con gente. No sabes adaptarte a los cambios, no sabes que decir. No sabes como empezar, pero sí como terminar... ya me sé el cuento.
-
Es fome tener que hablar contigo, es fome saber que no puedo ver a nadie más.
-¿Tan malo es saber que sólo tú mismo tienes que decirte las mismas cosas estúpidas que piensas?
-...

-Míralo así: hemos fingido desde que tenemos uso de razón. Hemos mentido siempre que sabemos que esto va a suceder. Hemos estado muchas veces al filo de hacernos la pregunta final. Hemos estado millones de noches despierto con música mirando por la ventana a ver que podemos encontrar más allá. Hemos escrito en papeles que se queman todos los sentimientos reprimido y agobiantes. Hemos caminado solos por lugares repletos de gente, por rocas, por calles mojadas, por caminos de tierra mirando el cielo, por carreteras en la madrugada... y aún así no puedes entender que en el mundo no existe nadie que vaya a preocuparse así de ti.
-
Tú no te preocupas, tú sólo te encargas de recordarme que todo sigue peor.
-Puede ser, después de todo, yo soy tú.
-
Tú no eres nadie.
-Exactamente. No somos nadie.
No eres nadie.

No hay comentarios: