jueves, 9 de julio de 2009

Walking disaster.


Estoy en medio de un recuerdo, en un recuento del que no puedo salir. Condiciones similares, casi exactas, una emulación del pasado. Y el pasado fue tan cruel. No por el pasado mismo -en parte-, no por el cliché: fueron sus palabras las crueles. Sí, eso fue.

Veo las caras de todos, veo la realidad y me parece patética, descarada: un intento burdo de simular que nadie se da cuenta de nada. Todos se ríen y en el fondo todos están llorando por razones que sólo ellos quieren saber, porque son tan vergonzosas que despedazarían sus intentos de vida. Si rebobino, si trato de enfocar más atrás y concentrarme en mi cara, en mis reacciones en los momentos adecuados en que todo se rompió, puedo ver claramente los hechos, los indicios, las mentiras. Recuerdo una frase exacta y me parte por dentro. Es como si aun pasara, aun existiera. Me extraña que la gente no pueda entender porque odio a alguien si los motivos son tan... instintivos. La lógica se queda afuera, este es un tema de sentir, no de racionar.
Maldita mente, nunca para de trabajar. Resume, redacta y trata de armar toda una historia en base a hechos, intuiciones, experiencias. Una cosas es sentirse pésimo, otra cosa es que tu mente te lo asevere. Cuando sucede todo esto, al mismo tiempo, no hay posible escape, sólo esperar.
No sé por qué hice esto. No sé porque me metí en esta situación tan extraña. No es la primera vez, tampoco creo que sea la última. El olor, la potencia de una llamada telefónica que se corta en llanto y las palabras resuenan en eco, fuerte, como en una montaña. Las palabras, las mismas palabras de antes; cierro los ojos y ahí están. Muy a pesar de la música, que suena e inunda este vacío y frío cuarto lleno de humo de cigarro, puedo oírlas, puedo escuchar las risas y yo haciéndome el loco y siguiendo el juego y riéndome también. Que despreciable, que estúpido no esquivar, si no parar la bala de pecho.

"-Yo me metí en este problema, yo sabré cómo salir"

No entiendo porque mi modus operandi es tan errado. Puede que mi forma de actuar sea compleja, o un tanto anormal, pero no por eso todos tienen que recordarme que es así. Que a la larga, siempre pierdo, ya sea por una u otra razón. Es una alineación de eventos, si te saltas uno, si logras esquivar airoso uno de los obstáculos, otro se pone en seguidilla y te obliga a caer. Y en el suelo, sólo mientras tu cara besa la tierra y tus rodillas están ásperas de tantos raspillones, comprendes que este es tu destino: el suelo, la tierra. Mirar el cielo sólo de lejos, wondering, imaginando como el mundo podría ser perfecto; recreando cada situación y momento en específico, cada hermoso recuerdo que realmente nunca será real más allá que en tu propia cabeza. MI propia cabeza.

"-Soy un terco.
-Sí, lo eres."

¿Qué tiene de malo tratar de hacer hasta lo imposible por sentirte bien? Creer que se puede ganar, que se puede despegar la maldita sudada camiseta del suelo. Limpiarse el polvo y sonreír. Soy un terco... sí, tenías razón. Cuando pasa esto, me acuerdo de una frase que leí en una serie:

"-Quizás, deberías intentar menos.
-Mírame: no soy alguien que tiene pinta de ganador. No soy apuesto, no soy atractivo, no soy popular. ¿Qué puedo conseguir si no lo intento? Personas como yo si no lo intentan no pueden conseguir nada."

¿¿Qué puedo ganar si no lo intento más de las veces que están permitidas??
...


Este momento, este preciso momento es una mezcla muy mala de sueño, cigarros, ron y recuerdos. Al final, creo que sólo soy sincero escribiendo. A veces, creo todo lo contrario. Mi boca no fue hecha para hablar con el resto, no se le entiende. Mis palabras, esto mismo que sale de mis dedos, no está hecho para ser entendido. Cualquiera puede entender cualquier cosa y sacar sus propias conclusiones. Algunos más acertados, otros no.
Pero... ¿y qué si alguien acierta? No por eso va a ser más lúcido. No por eso va a ser más simple de explicar. Y cuando pasa, cuando tratas de sincerarte y de algún modo te sale, sientes un nudo. Un vacío en el pecho, porque tratas de exorcizar tus propios fantasmas, tus propios miedos. Tu vida, con la que llevas tantos años.
Tantos años y parecen nada.

El eco sigue, las palabras no se detienen. Siento odio. Siento coraje, pena y algo de angustia. Ansiedad. Nervios. Pena. Distancia, repeticiones y repeticiones de la misma situación. Una vida hecha de bucles.

"-Nadie dijo que llorarías.
-No, no es para tanto."

Pero sí, sí lo fue. En ese mismo momento debí decir que si lo fue. Que si fue para tanto, que si fue para dejarme llorando, que sí lloré. Pero ya esta hecho, ya el tiempo se encargó de taparlo de muchos más recuerdos. Pero, como leí en un libro, los recuerdos que duelen son los más fácil de encontrar si excavas en tu propio pasado. Es como que tuvieran un color más intenso, más notorio, no es fácil ignorarlos. Son páginas rojas -o cafés- entre un montón de hojas blancas. Nadie puede ignorar eso, nadie es tan ciego.
Nadie es invulnerable. Nadie es a prueba de balas...

¿Y qué tal si sólo disparan y terminamos con esto? ¿O al menos una solución? Porque, francamente, a mí, no se me ocurre ninguna. O, en realidad, ninguna en la que yo me salve, en la que quede bien parado. Feliz, si es mucho desear.
Sí, es mucho desear.

"-No intentes nada, ya fue.
-No puedo evitarlo...
-Pero pasó po, ya no hay nada que hacer.
-Esperar..."

Creo que siempre nado contra la corriente. Si sigo así, me voy a despellejar, se me van a desprender los músculos, la carne y mi esqueleto quedará a la deriva, en un fracasado intento de ganar. Pero... ¿sinceramente? prefiero eso que dejarme arrastrar. Prefiero eso que derechamente morir.

"-Felipe, córtala, ¿ya?
-Okey... no diré nada más.
-Tampoco es para que te enojes, tú te buscas estas cosas.
-¿Qué puedo responder a eso? Onda, ¿tengo que tirarme por la borda o algo así? ¿rendirme y sentirme mal por las puras? Como si fuera tan fácil negar lo que hay dentro, dejarme morir y quedarme así de tranquilo.
-Pareces un arrogante.
-Si fuera un arrogante, habría ganado. Y no estaríamos teniendo esta conversación."

No soy un arrogante. Tampoco pretendo parecer un egocéntrico. Lo normal, no más, lo igual al resto del mundo. ¿Está tan mal contar la historia como la veo? ¿Está tan mal contar mi vida mientras la leo?
Callé demasiado tiempo, me comí todo por mucho rato. Aun, eso no pasa del todo, pero al menos, ahora levanto la cara y digo lo que tengo que decir. ¿Por qué la gente piensa que eso es ser arrogante, egocéntrico?

"-Adiós.
-Chao...
-¿?
-Nada, es sólo que...
-¿?
-Filo."

Siempre queda algo que decir... siempre algo se pierde en la lengua.
Como ahora: de seguro algo se perdió y yo no me di cuenta. Algo me faltó que decir, rellenar con nombres y horas y días, pero no pasan, no salen. Siempre algo se queda en el tintero. Probablemente lo más importante, la pieza clave que dejaría todo este rompecabeza en algo perfectamente entendible. Pero, como siempre sucede: se perdió.
Como es común, todo esto, se quedará sin entender. Y yo quedaré como lo mismo: un desastre con patas.
A walking disaster.


"Mi vida es un libro, cuyo protagonista principal se hartó y antes de huir, me dejó su papel."
-Cuaderno de sociología. Hojas finales. 04-03-06.

martes, 7 de julio de 2009

Azul-hielo.

Despiertas, pero el entumecimiento te dice que aun sigues durmiendo. Estas paredes, este cielo algo tiene de onírico. O es una simple ilusión, un regateo más entre las sábanas. Hay un despertador sonando y lo botas hasta que cruje en el suelo. Te aferras a las sábanas, a la almohada, única compañera decente y comienzas a llorar, a suplicar por volver a dormir, sin despertar.

Antes solía ser así. Antes, los inviernos pasados tenían una temática similar. Los inviernos que han venido después han cambiado continuamente de ser.
El cristal está empañado, repleto de gotas pegadas que comienzan a caer conforme la madrugada se transforma en día. Estoy pensando en el degradé, en como la imágenes que veo afuera -como si fuera una pantalla de televisión- van perdiendo su color. Y su intensidad.
Me siento extraño y con ganas de tener plumones de colores y pintarlo todo. Dejando manchones incluso, todo rebosante de color. Muy a pesar de mi manía con el blanco y negro, este paraje, esta temática, esta escena grisácea se me hace desesperante, enfermante, triste. Pero, más allá de mis propias manos, la caja de lápices, de plumones, de acuarelas y témperas, acrílicos y óleos; los pinceles y algunos de los tonos que necesito, que quiero para este lienzo, no están. Nunca fueron míos, nunca del todo. Están, sí, pero es como que el gremio de pintores está en receso. Falta alguien más para terminar este cuadro. Lazy, lazy.
Se está tomando un descanso, supongo. Y, ¿qué me queda hacer? Esperar, imaginar y tratar de ensayar algunos tonos, mientras espero que se pare, se ponga el delantal y se manche, pintando y pintando, haciendo de esto algo genial. Cuerdo, con compás.


Tanto tiempo congelado, ¿no? Los cuerpos se entumecen después de tanto tiempo esperando en el hielo. Está bien que sea invierno, pero no es para tanto: no nieva en Viña del Mar, ni en Quilpué, ni en Villa Alemana.
Supongo que sólo falta algo de sol. O algo de lluvia. Un cambio radical y una sonrisa que se mantenga vigente, activa. Pensando que todo está bien y que las cosas funcionan cuando uno quiere.
Cuando uno realmente quiere.


domingo, 5 de julio de 2009

9am.

9am y Hurt -covereada por Johny Cash- suena en el VíaX.
Ahora está Gonzalo Frías hablando de una película que no cacho. La tele está con volumen bajo.
Las 9am de un domingo y estoy despierto. Demasiado despierto.
Ahora sale Marilyn Manson.

No sé si decir que julio fue el peor mes o septiembre fue el peor mes del año pasado. Esto, claro, es un comentario gratuito de mi parte, que nace por estar leyendo cosas. Leer hacia atrás siempre termina en un efecto similar a este. Ok, ahora me da lo mismo. Creo. Cambiaron las circunstancias, las cosas son distintas. Los años tienen esa gracia: hacen a los julios y los septiembres distintos. Este julio es distinto, o al menos, comenzó distinto. Mucho.
Menos mal.

Estoy estirando un día, yo cacho. Ahora, manteniéndome despierto. Leyendo se me pasó la hora (horas) volando. Almacenando horas y horas de cosas que ya he vivido en mi corteza cerebral. Repasando datos, fechas, curiosidades, momentos; remarcándolos de tal manera que sean difíciles de borrar. Como plumón permanente en pizarra de colegio. Como pasadas de cuchillo cartonero, en realidad. A eso me dedico. Al menos, ahora. Hace un par de horas estaba concentrado, asumiendo. Digiriendo. Estaba acostumbrándome a pasar la tensión. A sentirme algo más liviano, creo. A relajarme. Supongo que estaba muy sumergido en la velocidad, las ojeras, en dormir poco.
Pensándolo bien, quedan pocas cosas de ello. Para mejor. Algunos sábados pueden ser un botón de ello. Otros, como hoy -ayer-, por suerte -causalidad-: no. Son mejor.

No sé que tanto aseverar que la gente cambia. Por su bien, espero que sí. Aunque las viejas manías nunca mueren. Hoy... uhmmm, creo que hoy veo todo eso distante, lejano. Ese julio y ese septiembre están demasiado lejos. Paradójicamente, no tanto; pero lo suficientemente lejos de mi umbral de dolor. Ya cicatrizó. Fue un error de todos. Eso fue: un error.

Filo: estoy hablando un tema que ya está más que muerto. La cuestión es que me acordé, nada más que eso. El punto de negar todo eso y acordarme la lata que fue es para hacerle el peso, el contraste al julio de hoy. Supongo -y espero, en serio- que sea totalmente opuesto. Totalmente contrastados: un azul de ese rojo. Un blanco de ese negro. Un celeste -que fome el celeste- de ese
café -me carga el café, es color caca-. ¿Se entiende? No sé: más sano, digámoslo así.
Más... ¿feliz? Puede ser.

Anyway, digamos que hoy sí soy algo más feliz que hace un par de días. Tranquilo, queda mejor.
Es curioso como algo o alguien te cambia el humor tan rápido. O como es que el julio pasado fue tan malo y yo juro de guata que este será tan bueno.

Nah, no es para nada curioso. Pero, digamos, que para mí, ahora, ahora mismito: sí.
¿Ok?


jueves, 2 de julio de 2009

Tac.

<Tac viene de Tic>

Definitivamente, no sé que más pruebas necesito. Esta, es lejos, la peor semana de lo que va de año. Ya no es un grado mínimo, ya no es algo que pueda pasar con el día. Es algo que se está alejando, todo, está más lejos de lo que estaba ayer. A un radio mayor del alcance de mis manos. Mucho mayor.

Recuento: falta de sueño, exceso de sueño, silencio, sentimientos atorados, ganas de golpearse la cabeza con la pared. Se siente como si no hubiera nadie, como si todos estuvieran haciendo sus maletas para partir. Así, de la nada. De un día para otro todo el mundo se arregla, hace sus maletas, toma sus aviones y se marchan. Pensé que era un sueño, cuando me topé con la realidad me enteré que era verdad.

Y el tiempo corre y corre y yo sigo creyendo que estamos en el mismo día...

Tic, tac.
Tic, tac.




Esto me está doliendo más de la cuenta, pero intento tratar de contenerlo. Intento contener las palabras. Intento ayudarme a mi mismo, por una vez.
Esta carretera, este camino, se ha vuelto nocturno. Insípido y bastante estrecho. Este día, esta semana, estos momentos están malditos. Es como si todo el mundo se hubiera enterado de una noticia que yo me tardaré en oír. Estoy desactualizado. Perdido, quizás. Me faltan mis manos, me falta mi cara, me faltan mis ojos. Tengo una mochila llena con cosas que nunca quise poner ahí. Esto, todo esto... es demasiado.
Siento un desinterés, un desapego. Una distancia. Generalizada y localizada. Ambas. Las dos al unísono.
Las dos tan lejos que se funden con la línea del horizonte.

Tic, tac.
Tic, tac.




So many hours remains. Odio los segundos, hoy. Odio los minutos, este preciso minuto en que tecleo. No debí despertar. Debí seguir de largo, mañana dar una excusa y seguir. Soñando que no estaba aquí, que estaba todo en orden, que todo funcionaba como hasta hace un tiempo atrás.
¿Qué pasa hoy?
¿Qué está pasando en las delgadas líneas de la cercanía?





¿Por qué nadie es capaz de dar una respuesta clara...?
El agujero que llevo por dentro va a terminar comiéndome... antes de que siquiera me de cuenta.

In fear every day, I m every evening,
He calls her aloud from above,
Carefully watched for a reason,
Painstaking devotion and love,
Surrendered to self preservation,
From others who care for themselves.
A blindness that touches perfection,
But hurts just like anything else.

Isolation, isolation, isolation.

Mother I tried please believe me,
I'm doing the best that I can.
I'm ashamed of the things I've been put through,
I'm ashamed of the person I am.

Isolation, isolation, isolation.

But if you could just see the beauty,
These things I could never describe,
These pleasures a wayward distraction,
This is my one lucky prize.

Isolation, isolation, isolation, isolation, isolation.


...antes de que siquiera pueda decir un último adiós. O un Hello.



miércoles, 1 de julio de 2009

Tic.

Tic, tac.
Tic, tac.
Crush.


¿Las 9 de la mañana ya? Queda poco. Queda mucho.
El reloj avanza hacia atrás. No sé, al menos no como debiera. Tic, tac. Mucho tiempo, demasiado. Necesito dormir. Quiero dormir. Mucho, lo suficiente para que pase toda esta semana en un cierre de ojos. No necesito más de esto. No necesito ver y oír las mismas imágenes otra vez.
Quiero dormir, es lo único que quiero.


...
No, no es lo único.
Jerk.

Tic, tac.
Tic, tac.


Hay algo que come y come. Desde adentro. Inunda la cabeza y los sentidos. Termina distorsionando todo, incluso la verdad, incluso las palabras más puras. Se ve todo tan extraño. Tan confuso. Tic, tac. Tic, tac.
You know what I need, You know what I need now that I'm crawling here.

Tic, tac.

Mal función. Mala talla, mejor callar. Miro y miro, y las paredes se hacen más pequeñas. Es extraño, frío. Quiero... quiero... Estoy contemplando una de las tantas conversaciones con ocaso incluídas. Y se ve tan lejana, tan distante. Me veía feliz en ese entonces.
What 'bout now?
...

Walk in silence,
Dont walk away, in silence.
See the danger,
Always danger,
Endless talking,
Life rebuilding,
Dont walk away.

Walk in silence,
Dont turn away, in silence.
Your confusion,
My illusion,
Worn like a mask of self-hate,
Confronts and then dies.
Dont walk away.

Tic...




lunes, 29 de junio de 2009

A day that should be banned.


A veces la piel se hiela al mínimo contacto. A veces, la vida te tira pruebas encima para saber realmente donde vas.
A veces, uno esta completamente perdido en un lugar conocido quejándose por lo que le tocó pasar.
A veces, la vida es como hoy.

El cielo se ve como de primavera. Las nubes se fueron y la lluvia sigue evaporándose allá afuera, cruzando la ventana. Traté de despertar lo más tarde posible, pero -como si los deseos fueran un tabú y se está prohibido desear, así que tienes que callarte y perder- desperté mucho más temprano de lo que pensé. Digámoslo así: esta será una semana eterna, larga, fome, de rutina, másica, trámite largo, de banco; fría y probablemente, penosa. De pena, de tener pena.
Básicamente, el modo con el que me enfrento a esta semana es: muy vestido, por ser friolento; con el iPod cargado, con palabras atoradas en la garganta, con ojeras negras y enormes, con mucha cafeína y nicotina en el cuerpo y con varios deseos frustrados. Y pena.
Mucho trabajo, mucho pixel en el computador tratando de alcanzar un 7. Muchas conversaciones a medias y cosas que nadie se atreve a decir. Mucho cansancio. Necesidad urgente de vacaciones. De despejo, de ojos cerrados.

Debería estar lloviendo. Ahora mismo, mientras tecleo esto. Pienso que esta noche necesitaré todos los cigarros posibles para sobrevivir. No puedo dormir, ni aunque quisiera. Tanto estímulo deja un nudo en la cabeza, la garganta y el torso. Soy como un imán, ahora: cargado a polo negativo, repeliendo todo, agarrando pura onda negativa. Volviéndome más negro que mi misma ropa desteñida. Lata.

En todo caso, esto es un break, un respiro. Tomo un poco de aire y me sumerjo de nuevo, en serio. Lo vale. Tan distante y ajeno, pero lo vale. Lo vale en todo sentido. Aunque no sé como podría explicar eso, como podría resumirlo o intentar contarlo sin caer en lo cliché, en lo que todo el mundo dice. Me carga querer sacar las cosas de adentro y que mis palabras se terminen mimetizando con las palabras de otros. Me hace pensar que no valgo, que mis palabras son vacías y vanas.

Igual, mañana es otro día. Por suerte, la gente inventó eso de los días, las semanas y los años. Porque, a pesar de que la vida es una y la misma de corrido siempre, nuestra sociedad nos dice que mañana es otro día, otra instancia, otro plazo; entonces, lo que pasó hace 24 horas atrás, puede ser olvidado o recordado y ponerle un marcador -una fecha- que será fácil de buscar. O de borrar. Es como una nueva oportunidad. Cosa de cada uno si la deja ir o no.




Han pasado más de 10 minutos y no sé que más escribir. Tengo, ganas, sí, de escribir mucho. De decir todo. O nada, pero dejar todo claro, todo solucionable. No hay nada peor que un problema que existe y que no existiría si las cosas estuvieran claras. Anyway, así es la vida, dicen. Y yo, que vivo en un mundo distinto, casi de ensueño para algunos, totalmente ilógico e irreal, de lunático -o algo así- me confundo con lo que es normal para el resto. Porque, en mi autodidacta aprendizaje de la vida, no estaban esos capítulos. En mi libro no venían esas unidades. O me saqué un rojo en esa prueba.

Mejor... por ahora, seguir en lo que estaba. Seguir y tratar de poner música más fuerte para que las otras voces que te recuerdan que realmente sientes, se oigan menos. Aunque jamás borradas del todo.
Porque uno en el fondo, siempre sabe que tiene, o que debe hacer.




domingo, 28 de junio de 2009

Idiota por una hora, imbécil todo un día.

Muchas veces, las palabras por escrito son nada. En realidad, siempre la voz se sobrepone a la tinta. O a los pixeles. Como sea.
No saber que decir a veces puede ser mejor que saber que decir, pero no saber cómo decirlo. No saber que decir puede ser peor que saber que decir, pero no saber hilar las palabras para ello.
Soy un estúpido, I know. Tengo que mejorar mi comunicación, sobretodo, siendo alguien que vive de ello y que desde chico está en eso. Comunicar es fácil, menos cuando se trata de uno. Ahí, el terreno se complica un poco. Depende. El receptor es millones de veces más importante que el mismo mensaje. El receptor cuenta mucho cuando estás a punto de sincerarte.
Si pierdes el receptor, el mensaje no importa. Si tienes un receptor favorito y lo arruínas, estás más que perdido.
Sorry, lo arruiné. Por una hora y más, lo arruiné.

No fue la intención.
Después de todo... ¿qué otro receptor podría querer but you?
Just you.

And you don't seem the lying kind
A shame that I can read your mind
And all the things that I read there
Candle lit smile that we both share
And you know I don't mean to hurt you
But you know that it means so much
And you don't even feel a thing

I am falling
I am fading
I am drowning, help me to breathe
I am hurting
I have lost it all
I am losing, help me to breathe