jueves, 3 de marzo de 2011

Ago.

Y el tiempo pasa y pasa y yo aun no lo entiendo. Llámame lento, pero la cosa es así.
Esto de no poder borrar nada mata, lentamente. Si retrocedo y me doy el lujo de revisar los detalles veo como todo se transforma al paso de los años y yo sigo inerte en el tiempo.
Cambios, cambios, cambios, cambios, más cambios. Nada se detiene, siento el mundo girar y sus voces en susurros y hasta los grillos esperando algo más.
Nada salió como lo esperé. Para bien o para mal, los asunto de la vida nunca se pusieron de acuerdo conmigo.
Las pruebas están en todos lados. Incluso este mismo blog es una huella de tiempo comprimido en letras y pegadas en la internet. Un crudo y muy fiel reflejo de lo que fui y soy y todo lo que perdí.
Estoy cansado, no quiero más.
Ojalá pudiera ordenar mi vida.
Curioso que cuando algo cambia ya no vuelve a ser lo mismo.
Y ahora mismo ya todo cambió.

Estoy cansado, demasiado. Mareado a mil, alterado. Pausas, intermedios, arranques de ira por un poco de sanidad mental.
¡Cresta! Debería estar rompiendo mi cabeza en el pavimento en este momento.
Quebrando todo fragmento de memoria, de alma, de recuerdo, de vivido, de juego.
Such a life.


Estoy mareado, quizás voy a vomitar.

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