miércoles, 26 de mayo de 2010

Escarcha ausente.

¿Dónde estás?

¿Donde estás…?



Y no soy yo quién debería contestar esa pregunta. Pero estoy. ¿Dónde estoy? Estoy en una plaza. Una plaza vacía. Estoy en la mañana, con frío, sin guantes. Mis manos se congelan mientras escribo esto de puño y letra. Más de puño, en todo caso.
Estoy en un intermedio. En un lapso. Tanto literal como metafóricamente. Literal porque es una ventana: espero que termine la evaluación de un trabajo que no salió como quería. Metafóricamente por… bueh, eso es cuento de otro libro.
Apenas nos dieron la fatal hora y media de espera, fingí una llamada telefónica y me separé de mis apestosos compañeros. Caminé, encontré un quiosco, compré cigarros (subieron) y seguí caminando hasta que terminé aquí, congelándome bajo un sol que jura que calienta, pero no pasa nada.
Y ese es el problema:
Cuando estás en un entre-tiempos no pasa nada. En lo absoluto. Se estira y prolonga en un vacío interminable. Sin subidas ni bajadas, en una monotonía que se hace intolerable. Es tiempo muerto, como dicen. Out.
Si fuera voluntario (y en parte, lo es. Creo), sería más simple. Uno quiso esperar. Se la banca con ganas. Pero si es lo contrario, uno queda colgado. Expectante, en el aire, inquieto. Lateado.
Aburrido y ansioso.

Igual supongo que tampoco puedo quejarme tanto. Por más que quisiera…
En fin.

Cuando venía hacia acá, vi una pareja de más menos mi edad. La mina lloraba y el tipo le sostenía la cara. ¿De qué hablaban? Ni idea. Supongo que él intentaba calmarla y ella no podía reaccionar.
Nunca me vieron. La escena era patética: en medio de harta gente, mostrándose tan vulnerables. Tan mal que si alguien de los que los vieron los vieran otra vez en otro lugar y otra fecha, tomados de la mano riendo, no se comprarían que son felices. Así de simple.
El cuadro me hizo mal. No sé por qué. Viré, no quise entrar en esa onda.
Prácticamente salí corriendo.



Mi mano está morada y veo que los nudillos se comienzan a trizar. El vapor que sale de nariz y boca bloquean la visión de la hoja a cada tanto.
¿Dónde estoy?
Estoy en una plaza vacía.
Estoy en una plaza con frío.
Estoy, quizás, en el peor lugar donde podría estar.
Pero estoy.
Eso es lo que cuenta, ¿cierto?...

¿Cierto?


-Croquera de apuntes. Martes, 9:26am.

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