Cuando la abracé, te juro que no sabía como reaccionar. Había pasado por esto muchas menos veces de lo que la mayoría. O de lo que realmente me correspondía. Me sentí como un niño escapando del cuco. Ya no tenía miedo cuando estaba sosteniéndola. Fue ahí cuando me di cuenta -y nunca había notado- que tenía miedo. Todo este tiempo estaba muerto de miedo. La sensación de no sentirlo fue lo que me hizo darme cuenta. Y creo que me quise quebrar, pero como nunca me he quebrado -menos en público-, no ocurrió.
Me pregunté si el mundo realmente comprendía lo que pasaba en un abrazo. Después de todo, el mundo pasa abrazándose. Años nuevos, victorias, despedidas, bienvenidas, conmemoraciones... Eventos, que a la larga, vuelve quizás a repetirse, pero las circunstancias, las personas y todo lo que estuvo en su lugar ya nunca más lo está.
Cuando me soltó, me miró. Y fue como si por primera vez no me sentía tan solo. Lo curioso, es que después llegó Javier y la tomó de la cintura y la dio vuelta y fue él quien la apretó. Recuerdo que la multitud se cerró y poco a poco quedé aislado de la escena. Allá, a lo lejos, María seguía siendo abrazada por todo el mundo. Y yo ya no estaba: había vuelto a ser un fantasma. La mejor forma de desaparecer es en medio de mucha gente. La mejor forma de desaparecer -pensé- es estando.
Caminé entre la gente pensando en las fracciones de segundo. Pensé que lo mejor hubiera sido que nunca hubiera pasado. Antes de esto, no conocía todo lo que significaba. Ahora que pasó, siento que mi vida ha sido un asco y que estoy tan vacío como la casa de un viudo.
Tuve miedo de volver a sentir lo mismo. También tuve miedo de no volver a hacerlo. Me sentí extraño pensando que me había buscado todo esto con la idea de tratar de congeniar. Quizás, si todo comenzara de nuevo, me mantendría alejado.
Sentí algo curioso, porque fue como una mezcla de extremos. Y cuando los extremos se mezclan, crean un nudo.
Y eso era yo ahora: un nudo. Un nudo muy difícil de desatar.
Me pregunté si el mundo realmente comprendía lo que pasaba en un abrazo. Después de todo, el mundo pasa abrazándose. Años nuevos, victorias, despedidas, bienvenidas, conmemoraciones... Eventos, que a la larga, vuelve quizás a repetirse, pero las circunstancias, las personas y todo lo que estuvo en su lugar ya nunca más lo está.
Cuando me soltó, me miró. Y fue como si por primera vez no me sentía tan solo. Lo curioso, es que después llegó Javier y la tomó de la cintura y la dio vuelta y fue él quien la apretó. Recuerdo que la multitud se cerró y poco a poco quedé aislado de la escena. Allá, a lo lejos, María seguía siendo abrazada por todo el mundo. Y yo ya no estaba: había vuelto a ser un fantasma. La mejor forma de desaparecer es en medio de mucha gente. La mejor forma de desaparecer -pensé- es estando.
Caminé entre la gente pensando en las fracciones de segundo. Pensé que lo mejor hubiera sido que nunca hubiera pasado. Antes de esto, no conocía todo lo que significaba. Ahora que pasó, siento que mi vida ha sido un asco y que estoy tan vacío como la casa de un viudo.
Tuve miedo de volver a sentir lo mismo. También tuve miedo de no volver a hacerlo. Me sentí extraño pensando que me había buscado todo esto con la idea de tratar de congeniar. Quizás, si todo comenzara de nuevo, me mantendría alejado.
Sentí algo curioso, porque fue como una mezcla de extremos. Y cuando los extremos se mezclan, crean un nudo.
Y eso era yo ahora: un nudo. Un nudo muy difícil de desatar.
If I could start again
A million miles away
I would keep myself
I would find a way
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